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Valores y Principios

Fe y Alegría en Perú, se sostiene en tres pilares fundamentales para la formación integral de las personas que atendemos

>> Personas conscientes de sus potencialidades, empoderadas y protagonistas de su desarrollo personal, y abiertas a la trascendencia.

 

>> Con actitud de crecimiento, autocrítica, respeto, valoración y compromiso con la diversidad cultural y búsqueda de respuesta a los retos de la realidad.

 

>> Personas con formación ciudadana y democrática que buscan incidir y transformar la realidad histórica para superar la exclusión y la injusticia.

>> Personas capaces de pensar por sí mismas, discernir y tomar decisiones con sentido crítico y de asumir responsabilidades por convicción personal buscando el bien común.

 

>> Personas conscientes de su capacidad transformadora, que se basa en los principios éticos de la primacía de la persona, la solidaridad y fraternidad, y la justicia y equidad.

 

>> Compromiso con el otro, el entorno natural y social, a partir del descubrimiento y la asunción de valores humanos y cristianos.

>> Impulsa a la persona a descubrir sus capacidades y actitudes positivas frente al trabajo para transformar y ser agente de cambio.

 

>> Desarrolla habilidades para adaptar y crear recursos tecnológicos que contribuyan a la inserción competitiva del país en el mercado internacional y a formas de desarrollo sostenible de una sociedad con equidad y justicia para todos.

 

>> Promueve el emprendimiento, generación del propio empleo y cultura empresarial desde una conexión con el desarrollo y compromiso responsable con el país.

Enfoques Transversales

Derechos Humanos y ciudadanía

Este enfoque de derechos “… concibe a las personas como titulares de derecho, la niñez, adolescencia y sus comunidades y a la vez, concibe a los gobiernos y al estado como garantes de derecho”. Desde este enfoque a le corresponde la Doctrina de Protección Integral.

 

Fe y Alegría asume la noción de ciudadanía, a partir de su ser y hacer Educación Popular, es decir, en el marco de los derechos, de la dignidad humana y desde una apuesta política, ética y cultural que contribuya a la construcción de una sociedad justa y democrática.

Una educación desde los derechos humanos y para la ciudadanía ayuda a fortalecer el sistema democrático de un país que apuesta “… a la promoción de las libertades individuales, los derechos colectivos de los pueblos y la participación en asuntos públicos; a fortalecer la convivencia y transparencia en las instituciones educativas; a reducir las situaciones de inequidad y procurar la resolución pacífica de los conflictos”. CNEB, 2016

Intercultural e inclusión

La inclusión es una llamada y respuesta de nuestra identidad en el marco del Desarrollo Humano Integral Sustentable que implica mirar a la persona en todas sus dimensiones.

 

Desde Fe y Alegría buscamos una educación inclusiva a partir de la problemática de la exclusión, para salir al encuentro, con creatividad y audacia, de las personas y comunidades que constituyen hoy en día las nuevas fronteras: múltiples y variados ámbitos de exclusión que requieren ser visibles para dar una respuesta pertinente y oportuna. La inclusión nos presenta difíciles retos: económicos, culturales, políticos, religiosos, de género, por necesidades educativas especiales asociadas o no a la discapacidad, a situaciones geográficas, por razones de movilidad humana forzosa, etc.

La Educación intercultural para todos (EIT) y la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) nos desafían a brindar respuestas educativas y pedagógicas a la diversidad en todo el sistema educativo con una actitud de apertura para reconocer al otro como persona valiosa con la cual establezco relaciones de complementariedad y reciprocidad liberándonos conscientemente de los prejuicios que conducen a la discriminación, el racismo y el sexismo.

Igualdad y equidad de género

Consideramos que tanto hombres como mujeres tienen “la misma dignidad, son de igual valor y están en relación con los demás como custodios de su vida, con la misma responsabilidad del destino de la humanidad.

 

Asumimos la definición de género dado en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, en Beijing en 1995 donde género es entendido como:
“los papeles sociales construidos para la mujer y el hombre asentados en base a su sexo [que] depende de un particular contexto socio económico, político y cultural y están afectados por otros factores como son la edad, la clase, “…” y la etnia”. Esta explicación la hemos hecho nuestra porque pone el énfasis en el aprendizaje social de ser mujeres y ser hombres, por ende, puede ser transformado a partir de una labor personal y colectiva, intencionada .

Como Fe y Alegría estamos comprometidos por la transformación de las realidades de desigualdades, discriminaciones y violencia que vive la mujer hacia una realidad donde se promueva y se vivencie la igualdad, equidad, inclusión.

Socio ambiental

Este enfoque permite trasformar modos de vida, cuidar los recursos y lograr el desarrollo de una “ciudadanía ecológica” que significa crear una alianza entre la humanidad y el ambiente que promueva una sólida formación en valores y actitudes de compromiso para la valoración, conservación y protección del ambiente, en busca del equilibrio hombre-ambiente.

 

El Papa Francisco en la encíclica Laudato Si habla de una ecología integral que no está limitado a lo ambiental, sino que asume las dimensiones antes mencionadas desde los principios éticos de justicia-equidad y solidaridad-fraternidad con los pobres, quienes son los que más sufren las consecuencias por la depredación de la naturaleza. El cuidado de la naturaleza significa combatir la pobreza y devolver la dignidad de los excluidos . El Papa nos impulsa a asumir este desafío de asumir la conversión ecológica escuchando “el clamor de la tierra y de los pobres.”

Una educación desde los derechos humanos y para la ciudadanía ayuda a fortalecer el sistema democrático de un país que apuesta “… a la promoción de las libertades individuales, los derechos colectivos de los pueblos y la participación en asuntos públicos; a fortalecer la convivencia y transparencia en las instituciones educativas; a reducir las situaciones de inequidad y procurar la resolución pacífica de los conflictos”. CNEB, 2016

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