Hay personas que motivan con su trabajo y además inspiran con su ejemplo de vida. María Leonor Romero es una de ellas. Lala, como la llamamos cariñosamente docentes, directores y directoras, compañeros de oficina y amigos, deja Fe y Alegría luego de 41 años dedicados a servir a la mejora de la educación pública en el Perú.
Inquieta y sonriente, así la conocemos quienes compartimos con ella aulas, oficinas, mesas de trabajo y diversos espacios en los que la palabra educación más que tarea se entiende como compromiso. Así lo refleja Lala en esta frase: “Un maestro tiene que amar su profesión, descubrir su importancia como formador y transformador de la realidad. Para mí eso es fundamental”.
Educadora de profesión, Lala llegó a Fe y Alegría en 1980 como directora de la I.E. Fe y Alegría 17 (Villa El Salvador). En 1983 se integró a la Oficina Nacional de Fe y Alegría del Perú, desempeñándose como directora de Formación y Propuesta Educativa, y contribuyendo a reforzar la calidad educativa desde la formación y el acompañamiento de directivos y docentes y a través del desarrollo de propuestas curriculares innovadora a las propuestas tradicionales.
Lala ha sido también directora nacional de Fe y Alegría desde abril de 2019 a marzo de 2020, años en los que se pone un énfasis importante en la gestión con liderazgo pedagógico de las instituciones educativas. Desde el 2020 hasta el año 2021 ejerció el cargo de directora de gestión institucional, etapa en que la institución ha ido fortaleciendo la relación con el Ministerio de Educación, autoridades regionales y locales de gestión educativa así como con instituciones y organizaciones de la sociedad civil.
Esta trayectoria fue reconocida por el Estado peruano, que en el año 2016 le otorgó las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta, el máximo reconocimiento y distinción a profesionales que destacan por su aporte a la educación.
En Fe y Alegría, su casa, también se le ha brindado el homenaje que merece. El pasado 17 de diciembre el equipo de la Oficina Nacional, de manera presencial y con los protocolos respectivos, así como colegas en la misión de diversas partes del país y del mundo, de manera virtual, le dedicaron una emotiva ceremonia de reconocimiento y agradecimiento por estas cuatro décadas de amor y servicio a la educación del Perú.
En esta ceremonia Lala recibió la medalla José María Vélaz, la máxima distinción que se otorga a quienes con su trabajo educativo en Fe y Alegría del Perú contribuyen a formar ciudadanos justos, solidarios y comprometidos con la transformación de su sociedad.
Lala, compañera y amiga, ejemplo de vocación y compromiso, te deseamos todo lo mejor en tus nuevos proyectos personales y profesionales.
Gracias por todo, maestra.